Mis ojos vieron cosas que ninguna persona debería
presenciar: cámaras de gas construidas por
ingenieros capaces y eficientes, niños envenenados
por médicos experimentados y conocedores,
recién nacidos asesinados por enfermeras
bien adiestradas, mujeres y niños muertos
e incinerados por jóvenes competentes,
egresados de la escuela secundaria y
universidad. Por tanto, me muestro suspicaz
cada vez que me hablan de lo que significa
la educación para el hombre.
Por eso, quiero hacerles la siguiente
petición; ayuden a sus alumnos a volverse
seres humanos. Sus esfuerzos no deben dirigirse
a producir monstruos eruditos, psicópatas educados,
hombres instruidos y educados. La lectura,
la escritura, la ortografía, la historia y la aritmética
sólo son importantes si sirven para que nuestros
alumnos sean más humanos.”
(Testimonio de un sobreviviente del Holocausto).
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional . Barcelona: Kairós.
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